domingo, 1 de junio de 2008

Totes han de ser Chacón

La minsitra de defensa Carme Chacón és ja l’eslògan publicitari perfecte del PSOE. Una mina d’or per al President José Luís Rodríguez Zapatero i la seva alegre política social, que va actuar amb afinada intel·ligéncia quan la nomenà per al càrrec. O és que algú pensa encara que l’embaràs de Chacón no va tenir res a veure en la decissió? Pensem-ho: Dona assoleix la cartera de defensa, posició eminentment masculina; dona embarassada rep una oferta de treball, fet considerat gairebé utòpic; i dona amb un càrrec d’alta importància l’abandona tranquil·lament en ser mare, d’allò més inusual. Només li faltava al President que Carme Chacón fos musulmana, i ja ho hagués tingut tot ben lligadet. M’alegro que la nova ministra hagi disposat i disposi de totes aquestes ajudes i oportunitats, de gran sentit comú i llògica implacable. Ara ja només queda, senyor Zapatero, que convertim a totes les dones d’aquest país en Carme Chacón. Ara ja només queda que la nova mare no es quedi només en eslògan i promesa. Perquè seria amarga hipocresia. El Ministeri de Treball ha d’acompanyar sense excuses aquestes expectatives. O totes o ninguna. Senyor Celestino Corbacho, ministre de treball, estigui a l’altura. I que trist haver-ho de demanar, no creuen?

El pedo de mear


Así de descansados deben de haberse quedado esta noche los ciudadanos de Londres, después de la gran actuación que ayer regalaron a las instalaciones de metro de la ciudad. Tal como reza el título de esta humilde columna, el pedo de mear es aquel que se deja escapar durante la micción, y deja descansado al sujeto que se había esforzado en contenerlo durante horas, para no ofender a quienes estaban a su lado. Después de tal relajación, la red de trenes subterránea de la capital inglesa ha amanecido llena de orines, malos olores y completamente destrozada.

El motivo de tal descalabro higiénico y material, aparte del incivismo evidente (y a mi gusto exagerado) que se percibe, lo encontramos en la nueva ley impulsada por el alcalde de la ciudad, Boris Johnson. Dicha ley prohíbe a partir de hoy llevar alcohol en los trenes y autobuses. Y Londres en pleno se coordinó ayer para recibir con alegre borrachera la entrada de esta ley seca ferroviaria. Si vas a quitarnos lo que más nos gusta, al menos esta noche nos quedaremos descansados. Y vaya si lo hicieron. El resultado: la cancelación del metro y la detención de 17 personas, según el balance confirmado por los servicios del Transporte de Londres.

El pedo de mear. La paradoja de la prohibición: Cuánto menos podemos hacerlo, más ganas tenemos. Quedarnos descansados. Debería aprender Johnson esta valiosa lección. Y con él, los demás gatos políticos que nos mandan. En Barcelona ya se quisieron erradicar en su momento los botellones en las calles, y ahora más que nunca, por doquier se celebran cada noche en el Raval, Gracia o Ciutat Vella. En Girona, mi hogar, la alcaldesa Anna Pagans planeó una caza y captura de los transeúntes que fumaban marihuana asiduamente en el Barri Vell. Y desde entonces no dejan de aparecerse como setas en otros lados. Es naturaleza humana.

Deberían pensar en la posibilidad de no coartar demasiado la libertad del ciudadano. Porque seguramente vaya a ser peor el remedio que la enfermedad. No es una alegoría a las drogas, entiéndanme. Hay que condenar lo sucedido ayer en Londres. Simplemente es la humilde opinión de alguien que no le gusta mear.


La Opinión de Iñaki Gabilondo

Mi querido Iñaki Gabilondo, bien sabe Dios que sus ideales son completamente afines a los míos y que le profeso a usted una gran admiración por toda la labor periodística que ha ejercido. Sin embargo, llevo ya un tiempo mosca con su vicio izquierdista expuesto con gran opulencia en La Opinión de Iñaki Gabilondo, y me he ido mordiendo la lengua para no terminar calumniando en su contra, hecho que me hubiera herido profundamente en el alma. Pero no puedo más. Mi querido Iñaki, acomodado en la mecedora de PRISA, cariñosamente acunado, primero por Ser y ahora por Cuatro, usted se ha ido sumiendo en un dulce letargo que le aleja de la realidad, le obliga a ver con ojos partidistas y le impide hablar con el idioma de la información. El jefe de informativos de una cadena televisiva no puede permitirse jamás caer en el entramado de la opinión. Ser públicamente de izquierdas o de derechas es un lujo solo permitido a políticos y tertulianos de mayor o menor alboroto. Cede usted a la argucia tejida por aquellos a los que tan efusivamente critica. El Partido Popular con sus lacayos, la COPE, con Losantos como enfant terrible o El Mundo, con su sargento de hierro Pedro J. Ramírez. Son ya reos de sus palabras, prisioneros de sus mentiras. Mi querido Iñaki, deje usted este juego endiablado y vuelva a la dignidad informativa, terreno en el que el combatir al talibanismo noticiario se vuelve honrado y verdaderamente periodístico.